Queda
claro que toda pregunta es una invitación a buscar respuesta.
¡Pues
vamos a reflexionar sobre el sexo!
Para
empezar, la Sexología es una ciencia y su finalidad es estudiar, ¿pero qué?,
pues a los sexos, es decir, a los hombres y a las mujeres, tanto las relaciones
íntimas como las públicas, que no a los genitales ni a los órganos
reproductivos; y que como cualquier otra disciplina tiene su propósito de
estudio, su historia y su forma de llevarlo a cabo.
Nace a
finales del siglo XIX, principios del XX y a diferencia de lo que había sido
anteriormente, ésta empieza a tomar forma y a convertirse en un discurso
científico sobre el sexo y sobre los sexos, no meramente reflexiones sobre ello
como había sido hasta entonces. Además, crea un marco conceptual de estudio que
es el “Hecho sexual humano”. La Sexología estudia como he dicho antes, a los
hombres y a las mujeres, sus identidades, sus mezclas, ya que ambos estamos
hechos de masculino y de femenino y lo que las personas desean eróticamente, es
decir, en relación con Eros. También profundiza en la forma o expresión
particular que cada pareja tiene como arte de amar, ese deseo de estar juntos y
organizar la vida en pareja y por último, aquellas relaciones que traen
niños/as, o sea, la procreación.
Por lo
tanto, ¿de qué hablamos cuando hablamos de Sexo? ¿En que se queda el Sexo? ¿Qué
es eso que llamamos Sexo y que tanto lío nos trae y nos lleva de cabeza? ¿Por
qué todavía resulta tan complicado hablar de sexualidad o conocer qué significa
el término Sexo?
Pues
sencillamente, el motivo de ello es, que hemos perdido el hilo epistemológico del término. El término
Sexo, viene de un verbo en latín que es “sexar” (cortar) y del participio del
verbo “sexus” (cortado), ¿os suena aquello de “la media naranja”?. Somos seres
cortados, seres seccionados y por ello, sexuados. Por lo tanto el sexo, es el
hecho de ser sujetos sexuados. No es un término simplificado, sino un término
tapado, es la materia prima del amor. En el sexo no hay cosas buenas ni cosas
malas, hay hombres y mujeres o viceversa, socialmente iguales e individualmente
diferentes.
Cuando
hablamos de sexo, hablamos de lo que somos, no de lo que hacemos. Hablamos de
un concepto y un valor, pero no estamos hablando de follar, al igual que
tampoco estamos hablando de ideas higiénicas ni médicas. En resumen y en pocas
palabras, el término Sexo, implica una singularidad, como hecho de construcción
biográfica dentro de los modos, matices y peculiaridades que nos hacen a cada
uno un ser único e irrepetible.
Estamos
acostumbrados a que nos vendan todo tipo de productos a través del sexo, pero
no a que se nos hable de sexualidad, porque la sexualidad ha sido juzgada,
condenada, patologizada y moralizada sin haber sido estudiada y comprendida, y
todo esto es una pena, porque realmente la sexualidad es ese sentimiento que
cada cual tiene de ser hombre o de ser mujer, cada uno con su modo de ser
hombre o ser mujer. Y aunque se nos ha dicho que tenemos que ser de un único
modo de ser hombre y un único modo de ser mujer, no tenemos que ser así, pero
sí hombres y mujeres.
Pilar Bernal Chinchilla
Sexóloga
Pilar Bernal Chinchilla
Sexóloga
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